El uso de antibióticos afectan E. coli resistente a los antibióticos
en niños en Perú
10 May 2010
La resistencia antimicrobiana ha surgido como un problema
global de la salud y es un importante impedimento para el control de las
enfermedades infantiles contagiosas. La exposición directa e indirecta
de los niños pequeños a los antibióticos a través del uso médico y en
las prácticas de agricultura puede aumentar su riesgo de transportar la
E. coli resistente, según un nuevo estudio publicado en el número de
mayo de la American Journal of Tropical Medicine and Hygiene.
Se estima que, cada año, la E. coli es la culpable de la
enfermedad de cientos de miles de personas en todo el mundo, entre
ellos, aproximadamente 70,000 estadounidenses. La E. coli se puede
transmitir de animales y humanos a través de varias fuentes, la más
común es la contaminación del agua y de los alimentos. Si bien la
mayoría de las E. coli son inofensivas, y están en el organismo como
componente normal en la flora intestinal, dichas bacterias
comensales podrían servir como una importante fuente de resistencia
que se puede transmitir a la E. coli que sí causa la enfermedad y a
otras especies bacterianas.
El estudio, realizado por la Johns Hopkins Bloomberg School of
Public Health, reveló varios factores que afectan el transporte de
la E. coli resistente a los antibióticos en niños pequeños en Perú.
Mediante el análisis de muestras de la E. coli de más de 500 niños,
los investigadores pudieron identificar factores individuales, del
hogar y de la comunidad que influyen en el transporte de las
bacterias resistentes.
"Este estudio es el único que ha evaluado una cantidad de
factores de riesgo a múltiples niveles en niños muy pequeños con
relación al transporte de bacterias E. coli resistentes a los
antibióticos. Al examinar todos estos factores, pudimos entender
mejor el modo en que la E. coli resistente se transmite en los
países en vías de desarrollo", dijo el investigador que encabeza el
estudio, el Dr. Henry D. Kalter, Profesor Adjunto del Departamento
de Salud Internacional de la Johns Hopkins Bloomberg School of
Public Health. "Al analizar los resultados del estudio, encontramos
que la ingesta de antibióticos en niños y en sus familiares
aumentaba el riesgo de transporte de la E. coli resistente, y que el
hecho de vivir en áreas en las que hay mayor proporción de hogares
donde se comen pollos criados en el propio hogar era una protección
contra la resistencia. Este efecto de protección se puede entender
al analizar que los pollos criados en el propio hogar tenían niveles
infinitamente menores de E. coli resistente que los pollos de
mercado que en Perú son criados con fuertes dosis de antibióticos.
El peso que tiene esta variable sugiere que es allí donde se estaba
produciendo la trasmisión de la resistencia producto del uso de
antibióticos en prácticas de agricultura".
En las comunidades pobres en los países en vías de desarrollo (como
es el caso de Perú), que tienen una inadecuada protección de las
excreciones y del agua, la contaminación del medioambiente con
bacterias resistentes a los antibióticos pareció jugar un papel tan
importante en el transporte de E. coli resistente en niños como la
ingesta de antibióticos de los niños.
"Este estudio es importante en muchos sentidos", dijo Edward T.
Ryan, M.D., Presidente de la Sociedad Americana de Medicina Tropical
e Higiene (American Society of Tropical Medicine and Hygiene,
ASTMH). "Ayuda a mejorar nuestra comprensión de la creciente amenaza
para la salud pública global que constituyen los organismos
resistentes a los antibióticos, y subraya cuánto contribuye a dicha
amenaza el uso de antibióticos en animales. La inmensa mayoría de
toneladas y toneladas de antibióticos ingeridos cada año en este
planeta son administrados al ganado y otros animales. Este estudio
muestra claramente que dicho uso conlleva un costo bien concreto
para la salud humana".
Acerca del estudio
El estudio fue realizado en 16 zonas especialmente elegidas en
cuatro regiones de Perú, incluso barrios bajos periurbanos en Lima y
pueblos y aldeas en Cajamarca en Montañas Sierra, Iquitos en la
selva tropical amazónica, y en Chincha, en la zona costera.
Pocos estudios han examinado la influencia de los factores de
riesgo a nivel individual, del hogar y de la comunidad en el
transporte de bacterias comensales resistentes. Este estudio
determinó la exposición médica, de prácticas de agricultura y
medioambiente de los niños por encuestas en hogares, farmacias y
centros médicos, y cultivos de la Escherichia coli de niños, manos
de madres, animales domésticos y pollos de mercado en Perú.
Entre 522 niños con cultivos de materia fecal positivos, por
regresión log-binominal, utilizando "cualquier antibiótico" y 1-4
(versus 0) dosis de sulfa en los últimos 3 meses aumentaron el
riesgo de los niños, respectivamente, de transporte de la E. coli
resistente a la ampicilina y al sulfametoxazol (P = 0.01 - 0.02).
Cada miembro del grupo familiar que toma "cualquier antibiótico"
aumentó el riesgo de los niños de transporte de la E. coli
resistente al sulfametoxazol y a multidrogas (P<0.0001). El hecho de
vivir en una zona con una mayor proporción de hogares en los que se
come pollos criados en el mismo hogar (en comparación con pollos de
mercado criados con uso intensivo de antibióticos) protegía contra
el transporte de la E. coli resistente a todas las drogas (P =
0.0004 - 0.04). La contaminación medioambiental con bacterias
resistentes a la droga pareció contribuir significativamente al
transporte de los niños de E. coli resistente al antibiótico.
Acerca de los participantes
Se buscó un mínimo de 25 hogares con uno o más niños de entre 3
meses y 3 años en cada una de las 16 zonas. Se realizó un censo de
rastrillado en las zonas de las aldeas y pueblos elegidos hasta que
se logró la muestra mínima deseada de 25 hogares. Esto implicó el
muestreo de todos los hogares en las aldeas en las que la población
era inferior al tamaño de la muestra, pero solo de una o dos calles
en las áreas urbanas.
Los hogares en los que los niños más pequeños habían tomado
antibióticos dentro de los 7 días de la visita original fueron
visitados nuevamente para tomar todos los cultivos y realizar la
entrevista al menos 7 días luego de que el niño finalizara su
tratamiento de antibióticos. En cada casa, se obtuvo un hisopado
rectal del niño más pequeño y su madre, y se hizo cultivo para
determinar la existencia de E. coli. Además, se tomó una muestra
rectal para determinar la presencia de cultivo de E. coli de una
muestra de conveniencia de cada uno de los distintos tipos de
animales.
Mediante un cuestionario estandarizado, se preguntó a las madres
sobre varios riesgos potenciales y factores desconcertantes a nivel
individual y del hogar, incluso edad del niño y datos sobre
lactancia, su propia educación, el empleo de la cabeza de hogar,
cantidad de habitaciones, tipo de piso y combustible usado en la
cocina, la ingesta de antibióticos del niño y de otros miembros del
hogar durante los últimos tres meses, la presencia de animales en el
hogar y su consumo de antibióticos, los alimentos y agua consumidos
por el niño, si en el hogar se come pollo criado en el mismo hogar o
comprado en el mercado, y la medidas de protección del hogar en
cuanto a agua y excreciones. Las variables a nivel comunidad que se
examinaron incluyeron cultivos de E. coli de vísceras de pollos de
mercado, ventas de antibióticos y prácticas en cuanto a
prescripciones, y las proporciones de hogares de la comunidad que
muestran varios factores de riesgo y de protección.